Que el gobierno paritario de ZP es una subnormalidad sin nombre está al alcance de todo ser viviente. El hecho de que una mujer ocupe un cargo ministerial por el simple hecho de serlo (que me disculpen las mujeres, pero esto no es un comentario machista. Como dijo Rajoy: "yo pongo a los mejores, y si los mejores son todo hombres o todo mujeres, los pondré") me parece un insulto a la inteligencia humana y más en particular, a todas las mujeres.
Por otro lado, si los "machos" que ha puesto ZP en el gobierno son inútiles intelectuales (Caldera, Montilla, el propio ZP,... el único que se salva, y de poco, es Solbes) las mujeres, o van a la par o, en algunos casos son peores (aunque parezca imposible). Del segundo caso tenemos a mas de una, pero entre ellas sobresalen, a título propio, la de Vivienda y la de Medio Ambiente. Que vulgaridad de trabajo, que insulto a todos los españoles, que zafiedad, que maldad,.... No hay adjetivos para describirlas.
Empecemos con la Trujillo (vivienda):
Si nos hubiensen dicho que un gobierno tan progre y tan republicano (respecto a la segunda república) iba a poner un ministerio que solo existía en la época de Franco, nadie se lo hubiese creido. Pero he aquí que el bellotari Desbarra tenía que poner su cuota femenina en el gobierno y nos envió a lo peor que tenia (la falta de la tilde es intencionada: lo podemos leer como "tenía", que es lo que quería poner, o "tenia", el parásito intestinal). El plan de vivienda del gobierno consistía en construir 180.000 viviendas de protección oficial (VPO) al año. Esto fue rechazado al instante por la ministra, ya que ella decidió que no serían 180.000 viviendas, si no 180.000 actuaciones (un saco de cemento = una actuación, por ejemplo). De esto pasó a las "soluciones habitacionales" y, en pleno derroche de creatividad, decidió inventar las VPO de 25 m2. Esto no resultaría tan insultante si no se hubiese conocido que la ministra posee un despacho de 77 m2 y un piso en pleno centro de Madrid de 300 m2. Más tarde creó una agencia de alquiler que se subvencionaría no de las arcas públicas, que sería lo más lógico (es decir, abaratar el alquiler haciendo pagar al inquilino un 70% de la renta total del piso), se subvencionaría de los propios alquileres (vamos, que pagamos lo que vale el arrendamiento y un porcentaje para la saca de la agencia). Menos mal que no mucha gente ha participado en esa agencia ya que en ambos casos lo que se produciría sería un aumento del precio del alquiler. Pero ya la última que ha salido de la boquita de alhelí de la adúltera ministra ha sido que... si tienes la casa en alquiler pero está vacía, el estado te paga el alquiler. Toma ya. Eso si que es democracia. Todos a pagarles a cuatro personajes el alquiler de su piso.
Pero claro, aún falta la ministra estrella:
LA NARBONA
Esta individua, desgraciada donde las haya, derogó, por orden de los nazionalistas catalanes, el trasvase del Ebro, parte principal del conocido Plan Hidrológico Nacional. Su derogación supuso poner en jaque toda la economía de las comunidades valenciana y murciana, así como a la provincia de Almería (las dos últimas por ser consideradas la huerta o despensa de Europa y la primera por su situación de destino turístico). La alternativa que presentó, ya considerada e incluida en el PHN constistía en la construcción de varias decenas de plantas desaladoras para suplir el caudal que debería obtenerse del río Ebro. Como era de esperar, esas desaladoras no las quiere instalar ningún ayuntamiento costero, ya que, además de destrozar el paisaje y ser contaminantes, no son viables bajo ningún punto de vista (sobre todo con la posibilidad de trasvasar agua desde el Ebro, como ya afirmaba Narbona en una carta dirigida al ministro de Industria en 1995, cuando era la número dos de Borrell en el ministerio de Medio Ambiente). Total, que a día de hoy la posibilidad de recibir los 1080 Hm3 de Agua del Ebro (un 6% del caudal total anual del río) por una vía o por otra es totalmente remota.
En la Comunidad Valenciana estabamos medianamente tranquilos ya que la principal falta de agua se encuentra en la provincia de Alicante, que se abastecía del trasvase del Tajo al Segura y del futuro trasvase Jucar-Vinalopó... Pues no, ahí también han metido mano. Para empezar, el agua que se recibe del Tajo ha sido recortada drásticamente, de modo que toda el agua trasvasada será únicamente para consumo humano, con la consiguiente destrucción de toda la huerta del sur de Alicante y de Murcia. Pero no solo eso, si no que el trasvase Júcar-Vinalopó, construido ya el 40% ha sido derogado de forma dictatorial por la ministra, ya que en ningún momento informó al presidente Camps de su decisión final, que en cambio si que dió a Joan Ignasi Pla, líder sociata valenciano. Esta decisión ha sido la definitiva para acabar con el crecimiento económico con la segunda comunidad más próspera de España, solo por detras de Madrid.
No me cabe la menor duda que los hijos de puta de los mandatarios catalanes están detrás de ambas decisiones del Ministerio de Medio Ambiente, y la razón es bien sencilla. El sueño de esos desgraciados es sencillamente independizarse y formar los "Países Catalanes", de los que formarían parte Cataluña, las Baleares, La Comunidad Valenciana, Occitania y la marca Aragonesa. Para conseguir esto, necesitan ser la potencia económica, para que todos dependan en mayor o menor medida de "mamá Cataluña" y esto solo es posible frenando el crecimiento de la Comunidad que más cerca está de ellos: la Comunidad Valenciana.
Lo que no saben esos montones de mierda es que si algo sabemos los valencianos es trabajar y aprovechar lo que tenemos, porque no nos han regalado nada. No como a ellos, que han vivido décadas chupando de la teta del estado por culpa de una ley electoral estúpida donde las haya.
Y la mayor diferencia entre Cataluña y la Comunidad Valenciana la podemos observar visitando sus capitales: mientras en Valencia tenemos la "Ciutat de les Arts i les Ciencies", con edificos modernos como el museo Principe Felipe o el recién inaugurado Teatro de la Opera Reina Sofía, ellos tienen el edificio de Aguas de Barcelona, que mas que un edificio, parece un supositorio gigante.