No sé yo si alguna vez les he hablado de mis gustos musicales. Entre éstos, los que no están son las
boys bands (Back Street Boys, Boyzone, N'sink) y las
girls bands (Spice girls, TLC...).
Hoy, voy a hablaros de éstas últimas, las
girls bands y, específicamente, de un grupo que está causando furor entre la juventud actual. Me refiero, como no, a
TOKIO HOTEL¿Y quién son estos individuos? Mejor dicho, ¿quienes son
estas individuas?

Son un grupo andrógino con un líder más andrógino aún. Bueno, digo andrógino por ser una buena persona. En realidad, es un gay-group liderado por la reina de la noche,
Bill Kaulitz. Esta personaja, repelente donde las haya, asquerosa de ver, desagradable de escuchar y, en definitiva, más fea que una nevera por detrás, suele acudir a fiestas con un kilogramo y medio de maquillaje.
¿que no me creéis? Juzgad vosotros mismos:
Esta es una foto general de su cara-mierda:

Lo sé, es desagradable de ver, pero es lo que tiene. Ahora, os pongo la misma foto ampliada a la cara, en la que se verá el kilo de pintura que lleva puesto:

¿verdad que da asco de ver? Parece que, para maquillarse, utiliza herramientas conocidas para otras utilidades como echar cemento en las paredes:

Y luego, las talibanas que son fanáticas de este grupo babean por ella, por Bill Kaulitz, el esquelético:

En esta imagen, por cierto, lo podemos ver con su hermana,
la rastas, que puede dar incluso más asco que Bill.
Pero, ¿para qué deben existir estos grupos de infraseres? ¿no tuvimos bastante con las Spice Girls y Backstreet Boys? Parece ser que a la industria musical no le pareció suficiente torturar a toda una generación, que han vuelto con más fuerza. Esta vez, para convencernos de que, ser un deshecho social, como aparenta ese grupo de mascachapas, es lo que se lleva.
Por ello, han lanzado una nueva campaña, similar a la utilizada por el ejército norteamericano y su "Uncle Sam", en la que nos piden que formemos parte de su secta destructiva Tokiohotelera:

No sé yo que perspectivas tienen con esta campaña, pero está seguro que una buena multitud de anormales le hará caso y se unirán a la secta, para así lograr el máximo objetivo: que cuatro meapilas quiebrasogas se forren a costa de unos púberes hormonados y analfaburros.
Pero, que no la veneren tanto a la señorita Bill Kaulitz. A mi siempre me han dicho que
Santo que caga, no vale nadaY Bill Kaulitz caga, como si tuviera diarrea explosiva: