Pánico en Turquía

Ayer mismo veíamos en todos los telediarios y leíamos en los periódicos que se había producido la cuarta muerte por gripe aviar en turquía. El pánico se ha apoderado de la gente que ha comenzado a acudir a los centros hospitalarios con síntomas de la infección tras demostrarse que el virus pertenece a la variante H5N1.

 

Esta variante tiene una vacuna para aves pero no para humanos, aun que sí existen ensayos. Hasta que el virus mute y se contagie de persona a persona, no se podrá desarrollar la vacuna. Por ahora la única protección real que tenemos es el cuidado ante las aves, tenerlas vacunadas y, vacunar contra la gripe ordinaria a aquellas personas más vulnerables que, aunque no sirva de freno a la grie aviar, si podrá hacer que en el caso de sufrir ambas infecciones se podrá evitar que los virus se reconvoquen.

 

Las autoridades sanitarias de la comunidad están en estado de alarma, ya que se trata de los casos más cercanos a la zona comunitaria y por la alerta que se crea al no saber todavía si la infección se transmite solamente animal-persona o si también aplica a persona-persona (recordemos que la muerte de una niña ayer corresponde a la tercera muerte dentro de una misma familia, lo que hizo que la alarma fuera todavía mayor)

 

Una manera que tendría el virus para mutar hasta una variante tan mortal y contagiosa entre humanos como lo es entre las aves, es que el virus se combine con otra cepa de gripe dentro de un mismo portador y cree así una mutación capaz de reproducirse y transmitirse entre humanos, con la mortalidad de la gripe aviar y la facilidad de contagio de la gripe convencional.

 

SINTOMAS EN HUMANOS: Los síntomas van desde los habituales de una gripe normal (fiebre, tos, dolor de garganta y dolores musculares) hasta la neumonía. Es muchísimo más mortal. De los 112 casos de personas infectadas que se han registrado hasta ahora, han fallecido 57, el 55%.

La diferencia principal es que la gripe aviar tiene capacidad para multiplicarse en muchas parte del cuerpo –como el hígado, los intestinos o el cerebro– además de en la tráquea y la garganta, como hace la gripe convencional.

 

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