viernes, 18 de mayo de 2007

Simplemente, Antonio Burgos

Extraido de la web oficial de Antonio Burgos.

Irak como problema municipal


El mayor problema municipal de España no es la inseguridad ciudadana, eso de que los chavales no puedan venir solos del instituto sin que los atraque otro de su edad para quitarles el teléfono móvil y la chupa. El mayor problema municipal de España no son los atascos, eso de que te pasas medio jornal dentro del coche yendo o viniendo del currelo: dos horas para allá y dos horas para acá, ya me contarás, la mitad justa de ocho horas. El mayor problema municipal de España no es el ladrillo como fuente de financiación de las arcas vecinales, que hay ayuntamiento que vende hasta la plaza mayor para hacer pisos, a fin de que un promotor inmobiliario afecto a la causa y adicto al régimen le dé la tela marinera del telón que hace falta para poder pagar la mamela mensual a los siete mil millones de paniaguados del partido que han colocado como cargos de confianza o como funcionarios de empleo, que es algo así como tener a los votantes en plantilla con el dinero de los demás.
Nada de esto es un problema municipal. No hay ayuntamiento de España donde estos asuntos le quiten el sueño a nadie. Y si ese ayuntamiento está regido por el Partido Socialista Obrero, es que ni te cuento.
Fiel espectador de televisión, devoto radioyente (uf, qué antigüedad, eso es más rancio que llamar espíquer al locutor...) Consumidor habitual, decía, de medios de comunicación audiovisuales dominados por la actual Belchite Mediática de la zapatiesta nacional del zapaterismo, he llegado a la conclusión de que ni transportes públicos ni empleo; ni centros de enseñanza ni asistencia sanitaria en los barrios; ni vigilancia en los colegios contra la droga ni aumento de la delincuencia a causa de los miles de indeseables que hemos fichado con plaza de extranjero. Nada de eso preocupa lo más mínimo a los españoles a la hora de elegir alcalde. El mayor problema municipal de España, señoras y señores, ciudadanos y ciudadanas, vecinos y vecinas, es que el tío del bigote nos metió en la guerra de Irak.
Y a eso de la guerra no hay derecho, tío.
Y cuantos más días pasan de la campaña, más me reafirmo en mi convicción. No hay más que ver el vídeo electoral del PSOE. ¿Con qué arranca? ¿Con los ciudadanos (y ciudadanas) esperando el autobús municipal que nunca llega? ¿Con las últimas estadísticas sobre asaltos a pisos a cargo de las bandas de oriundos kosovares o ucranianos? Esas son minucias que no preocupan a nadie. ¿Cómo va a arrancar con esas pamplinas algo tan alejado de la mentira y de la crispación como el vídeo electoral del PSOE? Ese vídeo arranca como tiene que arrancar: con la guerra de Irak, oé. Con la guerra de la que menos mal que nos sacó el protector de la ETA, el padrino de Batasuna, el mentor de la ANV, el amparador del Juana Chaos, el defensor de oficio de Otegui. Yo la verdad es que cada mañana, cuando salgo de casa, le doy las gracias a estos señores tan pacifistas. Contemplo cómo un simpapeles de un país del Este le da un tirón a una vieja, pero No Passsa Nada: menos mal que mandaron retirar las tropas de Irak. La cola del autobús da dos vueltas a la manzana, pero No Passsa Nada: menos mal que mandaron retirar las tropas de Irak. El atasco del semáforo de la esquina llega cinco calles más allá, en el habitual concierto de bocinas, pero No Passsa Nada: menos mal que mandaron retirar las tropas de Irak.
Y el debate electoral en una televisión local de mi pueblo, Polanco puro de oliva, me da la razón. Salen el candidato del PP aspirante al sillón, un papafrita, y el del PSOE, monstruo, que eres un monstruo. El candidato del PP, un chufla, saca los papeles que demuestran que los han pillado con el carrito del helado, metiendo la mano en la manteca de las facturas falsas. ¿Y qué dice nuestro alcalde? Pues lo que hay que decir: que se calle la boca, que su partido de ellos, el del tío del bigote, nos metió en la guerra de Irak, y que gracias a los nuestros podemos votar pazzzzzzzz. Con los asesinos terroristas sueltos y honrados por el Estado y con los simpapeles atracándote en la esquina, pero eso no tiene la menor importancia. Usted sabe mejor que nadie que el verdadero problema de su pueblo era la guerra de Irak.