sábado, 18 de noviembre de 2006

¿Y ahora que hacemos?

Escribo estas líneas antes de que termine el Real Madrid-Racing de Santander, por eso el resultado que ponga puede variar del final. En este momeno, 3-1.

Hace unos días, si no me equivoco, el lunes pasado, escribió Juan Manuel Rodríguez, el penúltimo raulista vivo las siguientes cosas tras la disputa del Barça-Zaragoza:

Ayúdenme a bautizar el nuevo sistema

13 de Noviembre de 2006 - 15:06:24 - Juan Manuel Rodríguez

Históricamente siempre se vendió desde Barcelona que en el centro de la península existía una suerte de organización indefinida encargada de suministrar ilícita y fraudulentamente al Real Madrid, el equipo del Régimen, de triunfos, títulos y demás éxitos deportivos. La falacia arraigó de tal forma que, fieles a la frase de Joseph Goebbels sobre que una mentira repetida mil veces se convertía en una verdad, siempre que le iba mal al Barça era, lógicamente, debido a que la maquinaria centralista, fenomenalmente engrasada, se había puesto en funcionamiento con objeto de impedir a cualquier precio que los culés sacaran la cabecita. No eran Di Stéfano, Puskas, Rial o Gento los "culpables" del arrollador éxito merengue sino la corrupción de un sistema creado para beneficiar a un club en detrimento del resto.

Tanto caló y tan agresivo fue el marketing negativo dirigido contra el Real que, no hace tampoco demasiado tiempo, Joan Gaspart vino a decir que el Madrid sólo había ganado tres Copas de Europa porque el resto habían sido obtenidas de aquella manera. La majadería no resiste un debate mínimamente serio, y no hay más que acudir al palmarés madridista para comprobar que la primera Liga conquistada por el Real durante la dictadura fue en la temporada 1953-1954. ¿Fue menos dictador el General Franco entre 1939 y 1952? Aquello convirtió al Barcelona en un club acomodaticio y autocomplaciente: cuando ganaba lo hacía por méritos propios y contra viento y marea, y cuando perdía se debía a los imponderables del centralismo.
Ayer Iturralde González se hizo popó cuando, tras la expulsión de Motta, media plantilla culé se abalanzó sobre él. Ni una mala amarilla mostró el "mejor árbitro de España", ni una. Más tarde Iturralde señalaría una inexistente falta que supuso el 2-1, y acabó concediendo el 3-1 tras un clarísimo fuera de juego de Saviola. No lo entiendo; cuando una decisión arbitral beneficiaba al Real Madrid se trataba del centralismo galopante, y ahora que benefician al Barça todo se debe, según la prensa deportiva azulgrana, a que los colegiados "siempre benefician a los grandes". Los colegas de Iturralde piden cariño, pero lo cierto es que, ayer, el colegiado vasco fue de todo menos cariñoso con el Zaragoza. Ayúdenme a bautizar el nuevo sistema. ¿Villarato culé? ¿Periferismo villarista? ¿Sultanato villariano? ¿Negociado villarense?... Habrá que preguntarle a Mourinho.


¿por qué pongo todo eso si soy culé? Muy fácil. A esta hora (21:42) el Real Madrid ha marcado tres goles, el tercero del cual es un clamoroso fuera de juego de su autor, Diarrá ¿Lo cambiamos por el gol en fuera de juego de Saviola? Muy bien, primer cambio. ¿Que la falta que convirtió en gol Ronaldinho no era? El que si que era penalty ha sido la mano de Roberto Carlos. ¿lo cambiamos?
Mira, estamos empates. Si a eso unimos que la expulsión de Motta es mucho más que discutible... ¿qué hacemos de todo esto, Juanma?

Tú y Raúl sois iguales: unos inútiles.